Mensaje


“El hecho de que exista una minoría privilegiada no compensa ni excusa, la situación de discriminación en la que vive el resto de sus compañeros.” 
Simone de Beavouir

Si pudiera hacer un recuento de la maravillosa experiencia que es estar en un espacio, en donde las visiones se unen para construir otras realidades, podría nombrar al 1er Congreso Nacional de Educación y Violencias de Género. Mejores prácticas de intervención en las Escuelas Normales, como bien se dio a la tarea, la Escuela Normal Superior de Jalisco (ENSJ), que con gran esfuerzo logró unir voces de norte a sur del país.

Hace 4 años, el Consejo Nacional de Autoridades de Educación Normal (CONAEN) y el Instituto Nacional de las Mujeres (INMUJERES), nos reunimos en Ciudad Juárez, Chihuahua; para iniciar un proyecto que modificara las formas de construcción de las Comunidades Normalistas, en la cual se respetara el pleno hecho de vivir una vida libre de cualquier estereotipo, cualquier forma de transgresión y cualquier hecho que marcara diferencia.

Desde entonces, la agenda en las comunidades nunca se detuvo para ir propiciando acciones que como esta, fueran impulsando la transformación de la realidad de las y los normalistas.

Más de 20 acuerdos han sido firmados por el CONAEN, desde la histórica reforma al Reglamento de las Normas de Control Escolar, para que fuera escrito con perspectiva de género, con un lenguaje incluyente y no sexista, que reconociera los derechos al embarazo, parto y puerperio, y a la salud menstrual.

Cada uno de los debates que se han dado en el seno del CONAEN, han tenido siempre la visión de que si bien, los pronunciamientos, declaraciones, debates y protocolos, impulsan la reflexión colectiva, lo más importante es desplegar acciones territorializadas como la de dicho Congreso, que involucra a las comunidades. Ya que es, con las y los estudiantes, con las maestras y maestros, que lograremos transformar nuestras miradas y erradicar cualquier tipo de violencias en el territorio escolar.

Es con la participación comunitaria que lograremos también, quebrar la inercia de nuestro trabajo en el aula, que a veces, sin darnos cuenta, reproduce conductas patriarcalistas, sexistas y clasistas.

Por eso, esta actividad de escuchar diversas voces, de trabajar en talleres, de hacer una convivencia cultural, de mostrar diversos puntos de vista, no es solamente la presentación de un análisis. Es un trabajo para que en el marco de un proceso, involucremos, movamos y dinamicemos a más personas a la construcción de políticas para la igualdad, es decir, no solamente se trata de cumplir a cabalidad, o como una receta de cocina; se trata de que como siempre en el trabajo de las y los normalistas, intervenga la comunidad escolar. De que nuestra reflexión inicie, con una transformación de nuestro quehacer en el aula.

Sabemos que así será, porque reconocemos que cada reflexión que hacen las y los normalistas, culmina con la modificación del trabajo cotidiano, que llevan a cabo con las y los estudiantes de Educación Básica.

Estamos justo en el momento que tenemos que aterrizar todas las acciones, que juntas y juntos hemos propuesto en nuestra comunidad. Es aquí donde los trabajos realizados, deben encontrar su anclaje en hechos concretos de transformación comunitaria.

Sabemos y estamos seguras y seguros, que este es un proceso complejo, pero también tenemos la certeza que vamos por buen camino y que en muchas Escuelas Normales del país, los vientos de cambio para la transformación son ya una realidad. Prueba de esto, es el espacio que promovió la Escuela Normal Superior de Jalisco, para generar todo el trabajo que viene por delante.

A las y los estudiantes, quiero decirles que ustedes son la parte medular de todo este construir comunidad, de toda esta lucha constante por brindarles los elementos mínimos para comprender que hoy, las sociedades se pueden conformar de maneras muy diversas, y sobre todo, que el abrir los espacios son la mayor oportunidad que tienen en su formación.

Por ello, les invito a que nos comprometamos, y más aún, estemos dispuestas y dispuestos a obtener el mayor conocimiento posible, y a que todo lo que aprendimos y compartimos en este 1er Congreso Nacional de Educación y Violencias de Género. Mejores prácticas de intervención en las Escuelas Normales, recobre un significado real en su desarrollo como profesionales de la educación, y sobre todo como responsables de la formación de todas las niñas, niños y adolescentes de este hermoso país.

Sólo así, es como lograremos que la transformación cobre sentido, en su más amplio significado. Este es el trabajo real, en donde todas las partes nos comprometemos desde nuestros espacios, nuestras trincheras y nuestro actuar diario.

La esperanza ya no es sólo un viento que se escucha que viene de horizontes lejanos, la esperanza es la movilización, las voces de todas y todos, que ya han empezado a subvertir la larga noche de desigualdad y violencias en nuestras Comunidades Normalistas.

Yanin Zareli Ruvalcaba Monroy

Jefa del Departamento de Prevención y Contra las Violencias de Género en las Escuelas Normales